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Dr. Javier Álvarez: "Implantar un quirófano híbrido es coste-eficiente"

24/11/2018
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El Dr. Javier Álvarez, del Hospital de Cabueñes (Gijón), ha pasado por el 34º Congreso de la SAACV para exponer su experiencia sobre quirófanos híbridos, una de las principales demandas de nuestros servicios y unidades
Dr. Javier Álvarez:
¿Cómo ha de ser el quirófano del siglo XXI?

La cirugía vascular ha evolucionado muchísimo en estos últimos 20 años, ha vivido un cambio radical. Hemos pasado de hacer cirugía abierta a hacer cirugía endovascular, técnicas combinadas, etc. Trabajamos para ofrecer a nuestros pacientes lo mejor que existe en ese momento. Y lo mejor actualmente son unos quirófanos que nos permiten ofrecer a los pacientes todo tipo de soluciones. Al igual que sucede en otras especialidades, los cirujanos vasculares necesitamos equipamientos. Y hoy día esto se consigue con un quirófano híbrido, que instalado con los criterios óptimos (que sea diáfano, que pueda reconvertirse rápidamente tanto para intervención endovascular como cirugía común, etc.) puede estar operativo durante los 15-20 próximos años.  

 
¿Es coste-eficiente implantar un quirófano híbrido?
 
Sin lugar a duda. En mi hospital el ahorro es alto ya que en un mismo acto al paciente se le puede hacer un estudio e inmediatamente aplicar la solución al problema que presente. Pensemos en el ejemplo de un paciente que entra hoy con un pie que está apurado. Al día siguiente se le hace una arteriografía con la intención de tratarlo, con lo que ya le podemos resolver su problema, y al tercer día se puede marchar a casa. Si analizamos los ahorros que hay ahí, podemos comprobar que son muy altos. 
 
Ahorramos en estancia, ahorramos en lo que llamamos ‘pérdida de oportunidad’, es decir: un paciente que entra y se tarda en tratar porque primero tiene que ir al radiólogo, luego esperar…ahí se pierde la oportunidad. Si el responsable es el cirujano vascular, que es a donde llega el ingreso, y el servicio de radiología vascular es ajeno a la unidad, el cirujano tiene que ir a ‘negociar’ para que se le dé prioridad. En nuestro caso no es necesario. 
 
La pérdida de oportunidad es uno de los grandes problemas a los que se enfrenta la sanidad española. Con este tipo de quirófano tenemos muchísima tecnología a nuestro alcance que nos permite ofrecer una solución rápida, lo que se traduce en ahorro. Y también hemos conseguido ahorrar en personal, ya no necesitamos tantos técnicos como antes puesto que los dispositivos y las nuevas tecnologías presentan un manejo cada vez más sencillo ante lo que sólo es necesario formar al equipo médico que va a manejarlo. 
 
Y aparte de hablar de ahorro, no podemos perder de vista que trabajamos por y para los pacientes, y a los pacientes siempre se le debe ofrecer lo mejor. ¿Debe haber pacientes de primera o de segunda? No debemos consentirlo. Debemos aspirar a tener lo mejor en nuestro servicio, que no quiere decir que sea lo más caro, sino lo que la evidencia considera que es óptimo. Por lo tanto, toda unidad o servicio de cirugía vascular debe contar con un quirófano híbrido, y el momento idóneo para conseguirlo es ante la realización de obras en el hospital, como va a suceder próximamente en el Complejo Hospitalario Torrecárdenas de Almería, que ojalá consigan su anhelado quirófano híbrido.  

 
Ha sido presidente de la SEACV y actualmente lo es de una de nuestras sociedades ‘hermanas’, la que aglutina a los cirujanos vasculares del norte de España. ¿Qué papel deben jugar nuestras sociedades científicas ante demandas como la de implantar quirófanos híbridos?
 
Tendrían que jugar muchos más, pero las administraciones no nos llaman. Durante el tiempo que fui presidente de la SEACV sólo tuve una entrevista con la ministra de Sanidad de aquel entonces, Ana Mato, y fue por petición mía. Quería exponerle un tema que me preocupa mucho: la necesidad de hacer screening de aneurisma de aorta, ya que hoy día mueren más personas por rotura de aneurisma que por accidente de trabajo, sin embargo, no se invierte en ello. Y tan sólo es necesario es hacer una ecografía, que se podría hacer incluso en centro de atención primaria. Pero no hay voluntad política para implantar una medida así. En la consejería de Sanidad del Principado de Asturias, comunidad donde trabajo, también lo expuse y recibí una respuesta similar. 
 
Otro de los retos es que la especialidad de angiología y cirugía vascular debe estar implantada en todas las provincias de España. Sin ir más lejos, en Andalucía no lo está en Córdoba y en el norte en Cantabria. A la consejera de esta última le expuse la tremenda desigualdad a la que se enfrentaban los pacientes de su ámbito e incluso la brutal pérdida económica que ello le conllevaba, ya que había que enviarlos a medicina interna, luego al radiólogo, al cardiaco, luego de nuevo a medicina interna, etc. 

 
Y más allá de los retos de las sociedades científicas, ¿a cuáles se enfrenta nuestra especialidad en sí?
 
Es indudable que nuestro gran reto actual es la trayectoria que está tomando la tecnología, algo que también está conllevando la desaparición de la cirugía abierta, lo que también se presenta como un problema a largo plazo, especialmente para los compañeros que llegan a la especialidad. Dada la cada vez menor cirugía abierta que se hace en un centro, tal vez habría que promocionar que los nuevos compañeros rotaran por otros centros para hacer un volumen necesario de cirugía abierta y así completar sus años de formación específica. 

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